Se plantea un ejercicio de vivienda temporal de siete días para una pareja en el entorno del río Manzanares, concretamente en el parque de Arganzuela.
La vivienda se encontrará situada en la zona del bosque, en las que hay una gran variedad de especies arboladas de hojas caduca y perennes y de diversos tipo de follaje. Además el parque estará dotado de espacios deportivos como carril bici, zonas de petanca, áreas de juegos, pistas deportivas e incluso embarcaderos para realizar remo.
Debido al soterramiento de las calzadas de la M-30 que discurrían a lo largo del río Manzanares se ha genereado un nuevo contexto urbano en el que aparece una nueva geografía con el río recuperado y en la que aparece además una nueva conexión entre los diversos barrios de la zona, debido al proyecto de pasarelas peatonales y ciclistas que comunican los dos lados del río.
El parque incluye también el proyecto de una playa urbana dentro de ese contexto de bosque, que convivirá con zonas de restaurantes y cafeterías y de espacios educativos, disfrutando de las vistas y de la naturaleza que ofrece este parque próximo al río Manzanares, en el que pueden apreciarse una gran variedad de aves sobrevolándolo.
Con el análisis del parque y entorno urbano se intentan obtener las claves para la situación y las ideas para la realización de esta vivienda temporal en el bosque, por lo que se presta especial interés a las actividades que se realizan en el parque, en la densidad de la vegetación, los caminos peatonales que den acceso a la vivienda y las posibles visuales que se pueden obtener desde el interior de ésta. Debido a que la vivienda sólo se utilizaría durante siete días al año, pretento que la vivienda sea un refugio camuflado en el entorno y que además pueda dar uso al parque, como un equipamiento más de la zona en la que poder realizar actividades durante el resto del año, aprovechando las ventajas que ofrece dicha situación y procurando que el interior de la vivienda sea un lugar especial desde el que poder contemplar el parque y disfrutar visualmente del entorno.
La vivienda se encontrará situada en la zona del bosque, en las que hay una gran variedad de especies arboladas de hojas caduca y perennes y de diversos tipo de follaje. Además el parque estará dotado de espacios deportivos como carril bici, zonas de petanca, áreas de juegos, pistas deportivas e incluso embarcaderos para realizar remo.
Debido al soterramiento de las calzadas de la M-30 que discurrían a lo largo del río Manzanares se ha genereado un nuevo contexto urbano en el que aparece una nueva geografía con el río recuperado y en la que aparece además una nueva conexión entre los diversos barrios de la zona, debido al proyecto de pasarelas peatonales y ciclistas que comunican los dos lados del río.
El parque incluye también el proyecto de una playa urbana dentro de ese contexto de bosque, que convivirá con zonas de restaurantes y cafeterías y de espacios educativos, disfrutando de las vistas y de la naturaleza que ofrece este parque próximo al río Manzanares, en el que pueden apreciarse una gran variedad de aves sobrevolándolo.
Con el análisis del parque y entorno urbano se intentan obtener las claves para la situación y las ideas para la realización de esta vivienda temporal en el bosque, por lo que se presta especial interés a las actividades que se realizan en el parque, en la densidad de la vegetación, los caminos peatonales que den acceso a la vivienda y las posibles visuales que se pueden obtener desde el interior de ésta. Debido a que la vivienda sólo se utilizaría durante siete días al año, pretento que la vivienda sea un refugio camuflado en el entorno y que además pueda dar uso al parque, como un equipamiento más de la zona en la que poder realizar actividades durante el resto del año, aprovechando las ventajas que ofrece dicha situación y procurando que el interior de la vivienda sea un lugar especial desde el que poder contemplar el parque y disfrutar visualmente del entorno.
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